En octubre de 1937, Trujillo ordenó la matanza de los haitianos en las zonas fronterizas del país. Se desconoce exactamente la cantidad de haitianos que murieron, pero presumiblemente, no pasaron de diez mil. Las causas de este horrendo genocidio fueron varias:
Los problemas de definición fronteriza, que originaron que amplias porciones de nuestro territorio en la frontera estuvieran ocupadas por haitianos.
La necesidad del régimen de tener control absoluto del territorio nacional. En la frontera existía un amplio comercio ilegal y circulaba la moneda haitiana.
El racismo del dictador, empeñado por mejorar la raza y defender el carácter hispánico de la nación.
El aprovechamiento del régimen de las diferencias culturales entre los dos pueblos. Trujillo utilizó la matanza para proclamarse el defensor de la nacionalidad dominicana.
La matanza provocó un escándalo internacional que obligó a Trujillo a llegar a un acuerdo con el gobierno haitiano. Al final, la matanza fue catalogada como un conflicto fronterizo y Trujillo tuvo que pagar al gobierno haitiano 740 mil dólares como compensación.
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