El Concordato entre la Santa Sede y la República Dominicana fue firmado en Ciudad del Vaticano el 16 de junio de 1954, firmando monseñor Domenico Tardini, Pro-Secretario de Estado para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios y el generalísimo Rafael Leonidas Trujillo Molina, respectivamente.
Había sido aprobado, por parte de la República Dominicana, por resolución número 3874 del Congreso Nacional, y ratificado el 6 de agosto del citado año de 1954.
El dictador dominicano también se reunió ese año con el dictador español generalísimo Francisco Franco Bahamonde, y en el Vaticano con el Papa de entonces, Pío XII, antes cardenal Eugene Pacelli, a quien el historiador John Cronwell llama “el Papa de Hitler”.
En esa visita y firma concordatiana el dictador Trujillo estuvo acompañado por el Canciller Joaquín Balaguer, el talentoso político y general enganchado Anselmo Paulino Álvarez, los diplomáticos Nicolás Vega Batlle y Atilano Vicini, su hermano general Pedro Trujillo Molina y los oficiales Arturo Espaillat y Fernando A. Sánchez hijo (Tunti), que llegarían a generales, el primero jefe de los servicios de Inteligencia y el segundo jefe de estado mayor de la Aviación Militar Dominicana (AMD).
El plenipotenciario Trujillo Molina tuvo siempre excelentes relaciones con el alto clero de la Iglesia Católica, salvo excepciones como la del valiente y brillante monseñor Rafael Castellanos; y al final del régimen se produjo el rompimiento por órdenes del Vaticano y ante el incremento de las monstruosidades de la tiranía.
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